La mar no tiene naranjas,
ni Sevilla tiene amor.
Morena, qué luz de fuego.
Préstame tu quitasol.
Me pondrá la cara verde,
–zumo de lima y limón–,
tus palabras –pececillos–
nadarán alrededor.
La mar no tiene naranjas.
Ay, amor.
¡Ni Sevilla tiene amor!
Lorca