Páncélos lovagok

 

Sötét hegyeken, sárguló réteken
tépett lován ő egyedül jön.
Hosszú haját, vöröses szakállát
lengeti, borzolja vad szél.

Büszkén ül nyergében, kardját nem emeli,
szép arcát most elfedte vér.
Szentföld lovagja, kardoknak bolondja
halálát érzi és nincs segítség.

Mini

Flor de jardin

Árnyékos erdőn
Bolyongtam én,
Sötétzöld sátor
Borult felém.

Egy kis virágot
Találtam ott,
Amely csillagként
Világított.

Utánanyúltam,
De kérve kért:
„Ne ölj meg! Nagy kár
Egy életért!”

Gyökérrel együtt
Kivettem őt,
Elültetém a
Házunk előtt.

Kertünk csendjében
Lel most hazát,
S virulni fog még
Sok éven át.

Dsida

Bob

Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

Neruda

Sombras de la calle

 
La calle en sombra. Ocultan los altos caserones
el sol que muere; hay ecos de luz en los balcones.
¿No ves, en el encanto del mirador florido,
el óvalo rosado de un rostro conocido?
La imagen, tras el vidrio de equívoco reflejo,
surge o se apaga como daguerrotipo viejo.
Suena en la calle sólo el ruido de tu paso;
se extinguen lentamente los ecos del ocaso.
¡Oh angustia! Pesa y duele el corazón… ¿Es ella?
No puede ser… Camina… En el azul, la estrella.

Antonio Machado

Hacia el cielo

que la muerte pierda su asquerosa puntualidad
que cuando el corazón se salga del pecho
pueda encontrar el camino de regreso
que la muerte pierda su asquerosa
y brutal puntualidad
pero si llega puntual no nos agarre
muertos de vergüenza
que el aire vuelva a ser respirable y de todos
y que vos muchachita sigas alegre y dolorida
poniendo en tus ojos el alma
y tu mano en mi mano
y nada más
porque el cielo ya está de nuevo torvo
y sin estrellas
con helicóptero y sin dios

Benedetti

Canto mis soledades – La inaguración

 

Música: Paulina de Petris

 

Fue una casualidad. O el destino. Un encuentro que tenía que suceder, porque saliendo de la ciudad se las puede ver. Las salinas están por todas partes. Los zigzagueantes cursos de agua, las casas en ruinas, viéndolos a través de la ventanilla del tren, me fascinaron desde el primer instante.  El paisaje me sedujo enseguida.

Los arroyos secos serpentean por el horizonte infinito. En los sinuosos y agrietados cursos de agua se siente la soledad intemporal. El paisaje interior personal y el paisaje exterior, la marisma, se han encontrado. Paso a paso.

Un paseo exterior es un paseo interior. El paisaje refleja mis pensamientos, el paisaje despierta mis pensamientos.  Me pierdo en la infinidad atemporal. En este abandono donde uno puede sentir verdaderamente la libertad de un hombre que no tiene hogar en ninguna parte. Sin raíces, desapareciendo como el paisaje.

La desidia de las salinas libera el alma. El viento se lleva las preocupaciones, sustituyéndolas por la paz. Una paz cautivadora. Las cargas del pasado se pierden en la marisma, uno se olvida de sí mismo, olvida quién es. En el vacío el alma encuentra su refugio. Lo que fue, desaparece lentamente, se transforma como el paisaje. El futuro de las salinas, como el del alma, es incierto. ¿Se renovará, la mar se lo tragará?

A través de la ventana

  
Únván az ispotályt, a búsat, hol a függöny
Sivár fehérje közt avas tömjén lebeg,
S hol a kopár falon csüggedt feszület függ fönn -,
Hátat fordít sunyin a félholt, vén beteg,
 
S ablakhoz vánszorog: sütkérez teste romja -.
De fő, hogy látja még, ott künn a nap virul!
Fehér haját s aszott csont-arcát vágyva nyomja
Az üveghez, mely a friss fényben ég s pirul!
 
Stéphane Mallarmé – Tóth Árpád

Nyuszitojás a – magyar – narancsfán

Mirad: el arco de la vida traza
el iris sobre el campo que verdea.
Buscad vuestros amores, doncellitas,
donde brota la fuente de la piedra.
En donde el agua ríe y sueña y pasa,
allí el romance del amor se cuenta.
¿No han de mirar un día, en vuestros brazos,
atónitos, el sol de primavera,
ojos que vienen a la luz cerrados,
y que al partirse de la vida ciegan?

Antonio Machado

El gato

El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.
El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

Neruda

Esperando a la resurrección

Beteg szívem most be tele-nagy,
Milyen jó volna máskor élni,
Máskor s tán máshol:
Láz, virágzás, gyönyörű Húsvét,
Jaj, itt nálunk, be fekete vagy.

Mikor halt meg itt a büszkeség
S volt jó itt élni nagy szivekkel,
Tele szivekkel?…

Rongy, züllöttség, bomlás és boru,
Csoda, hogy még vannak néhányan,
Szegény néhányan,
Kiknek kell még ilyen országban
Szabadságért a harc-háború.

Ady

El barco

Az élet egyre mélyebb
És egyre csöndesebb
És kincsesek a mélyek
Nyugodt roncsok felett.
A csillagok szelídek,
A bánat is pihen
S a nyugalom von ívet
Az égen és sziven.
Sok zene, zaj elalszik,
Sok vihar is elül,
Megyünk örök virradtig
Vígan, de – egyedül.
Fölöttünk a béke
Galambja repül.

Juhász Gyula

Az idő fogságában

Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
que hacer con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar
como una puerta …
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo

Benedetti

Anochecer desde la ventana

Szivem szívéből szól a dal
s remegve a homályba hal.
Beléd te pompás, bús borongás,
mely tört szivünknek álmot ad:
elérhetetlen, röpke szellem
ó, alkonyat!

Halkan kopogsz az ablakon
s kérded, miért nem alhatom.
S én felzokogva fátyolodba
rejtem könnyázott arcomat
s füledbe súgom, hogy mi bú nyom
ó, alkonyat!

Átfogsz karoddal csendesen
lecsókolod égő szemem
éjszínű fátylad csendbe rám csap
s a szenvedésem ellohad.
s csókol, ölelget enyhe csended
ó, alkonyat!

Kosztolányi